lunes, 1 de febrero de 2010

Cinta

Hace dos semanas que vi La cinta blanca, una película calificada de obra maestra que estoy a punto de olvidar por completo. Antes de que pase al olvido, apuntaré lo que recuerdo, para luego apuntar lo que recuerdo que pensé en su contra. Luego lo olvidaré todo, felizmente.

La cinta blanca empieza con una voz en off sobre imágenes en blanco y negro. Un médico (nos cuentan y vemos) vuelve a casa a caballo. El animal tropieza con un cable (no lo vemos) y cae con jinete contra la tierra. La caída está filmada utilizando efectos digitales y es considerablemente burda. Recuerdo.

Después hay un pueblo, una villa, un villorrio. En él, una pandilla de niños y niñas pasea de una casa a otra y parecen esconder algo. Tienen la pinta de una cofradía de la conspiración, un club juvenil de travesuras o un pequeño batallón de maldades.

La voz en off es un repelente señorito con gafas, profesor particular de los niños del hacendado. Anhela el amor de una joven, cuyo padre está dispuesto a darle su mano si espera un año (?). Luego hay una mujer con hijo aquejado de síndrome de down. También una familia de labriegos muy numerosa y de vida miserable.

Hay un señor, no recuerdo su cargo, que tiene varios hijos. Se trata de una especie de notario severo o funcionario elevado, con despacho y un canario (no sé) en una jaula.

Hay algunos personajes más que no recuerdo con exactitud.

La acción (recuerdo) del filme nos deja estos avatares: el médico (va dicho) que cae del caballo. El incendio de un granero (creo). Una joven que muere o resulta gravemente herida en un accidente en la fábrica (o similar) del hacendado. De estos tres lances surgen, a su vez, los siguientes: una investigación de la caída del caballo (sospechas hacia los niños), una venganza del hermano de la joven materializada en la destrucción de un campo de repollos (o similar), un despido (o similar) del padre del joven, y su posterior suicidio; la tortura del hijo del hacendado, su marcha junto a su madre a una ciudad vecina, su vuelta junto a su madre, la confesión de su madre al hacendado de que le ha sido infiel o de que se ha enamorado de otro; la tortura del hijo con síndrome de down de la mujer que cuida del médico. Algunas cosas más: relación sexual entre la mujer con hijo aquejado de síndrome de down y el médico; que es muy vieja y le da "asco" acostarse con ella, dice el médico; desaparición de la mujer. El notario (o algo): lecciones a sus hijos, castigos, una cinta blanca en el brazo para recordarles su pureza; permiso para tener pájaros en casa; cuando muere su canario, el hijo le regala su pájaro; ataduras al hijo mayor (o mediano) para que no se masturbe; el pájaro aparece decapitado y con las tijeras clavadas en cruz cuerpo adentro. Una niña sueña que algo malo va a ocurrir.

La voz en off habla de la Primera Guerra Mundial. Me han dicho que empieza hablando de "lo que pasaría después" refiriéndose al Nazismo, pero no lo recuerdo. La película no sé muy bien cómo acaba. Es en alemán.

He visto de Michael Haneke las siguientes películas (por orden de visionado): Funny Games (en su estreno español), La pianista (ídem), Caché (en reposición en el Círculo de Bellas Artes), Código desconocido (en su estreno), El tiempo del lobo (en DVD) y El castillo (en vídeo).

Mi favorita es Caché. Es una película que recordaré dentro de 30 años. Me gusta mucho La pianista. Me gusta Funny Games. Me interesa El tiempo del lobo. Me aburre Código desconocido. Me aburre mucho El castillo.

La cinta blanca también me aburrió. A mi juicio es una película anodina, de prestigio inmerecido o ajeno a mi gusto estético.

Siendo Haneke, esperaba imágenes insoportables y juegos con la moralidad del espectador, así como con el lenguaje cinematográfico. La cinta blanca, sin embargo, es enteramente tradicional en su planteamiento, y las imágenes que esperamos de Haneke (básicamente dos: el pájaro decapitado (aunque ahora mismo no estoy seguro de si es decapitado o sólo empalado con las tijeras) y los ojos (no recuerdo bien) arrancados o quemados del niño con síndrome de down) llegan en este filme demasiado tarde, cuando yo (como espectador) ya estoy muy alejado del núcleo narrativo y mirando el reloj; y mirando a los demás espectadores para cotejar mi sensibilidad.

La historia de amor (profesor con criada) me resulta ridícula, y no aporta nada al resto de la trama. La historia de la familia miserable tampoco parece muy relacionada con el grupo de niños malvados que presagian (?) el nazismo.

La "lección" que parece intentar darnos la película es la siguiente: así surge el totalitarismo. O: así un país vota a un señor con bigote. Y: así nace el mal. No lo pillo.

Chiste: si no te dejan masturbarte de pequeño, luego sales nazi. ¿Esa es la idea?

No lo pillo.

La visión de un pueblo aherrojado por la moral puritana no es significante: cualquier pueblo del mundo está a su vez dominado por ese tipo de moral, tanto en Segovia como en Ohio como en Tochigi. Ese caldo de cultivo no explica en absoluto una evolución hacia el nazismo.

Además, el escenario rural no está retratado con especial fuerza. Recordaba en los días posteriores al visionado de La cinta blanca una película mucho mejor en este sentido: Escenas de caza en la baja Baviera (Peter Fleischmann, 1969).

La cinta blanca viene a sumarse al ya inmenso listado de película decepcionantes que he visto en los últimos años.

No quiero acabar este post sin decir que la decisión del director de mostrar de manera explícita las consecuencias de la tortura al niño con síndrome de down, en contraposición a su decisión de no mostrar imágenes del hijo del hacendado después de su tortura, me pareció, in situ, directamente miserable.