domingo, 31 de julio de 2011

Mapa condicionado de la blogosfera literaria española

34 escritores fueron invitados por el suplemento El Cultural a participar en una encuesta sobre mejores blogs literarios. Cada escritor eligió 5 bitácoras y el resultado del sondeo fue un Top15 que el suplemento hizo público el pasado viernes.

Las principales objeciones que he encontrado en la red a esta lista son la nula presencia de mujeres entre los seleccionados, la sobreabundancia de novelistas prestigiosos cuyos blogs se nos antojan bastante menos interesantes que la persona que los firma y la arbitrariedad en la designación de esos 34 electores.

Dado que en este blog se ignora por completo el concepto de Blogroll, y hasta el de link, y que el calor invita a escribir sobre temas intrascendentes, me apetece hacer público mi particular mapa de blogs literarios españoles, entendiendo esto como una simple y honesta exhibición de clics, cookies y URLS.

Voy a de mencionar y enlazar todos los blogs literarios que he visitado alguna vez, que visito con frencuencia o que es seguro que acabaré visitando al cabo de los meses. Después propondré una serie de criterios restrictivos que permitan establecer los contornos de una república de las letras netamente digital, lo que vendría a ser en definitiva mi particular Top15 (+ o -) de "blogs literarios españoles".

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Los primeros blogs que podemos mencionar son los blogs gestionados por escritores, y que he conocido después de saber de la existencia en papel de sus autores, por lo que su bitácora es en cierto sentido subsidiaria de su obra. He visitado alguna vez los de los siguientes autores:
Javier MorenoPatxi IrurzunJuan Carlos MárquézAntonio J. RodríguezMatías CandeiraRafael Reig, Lorenzo Silva, Juan Aparicio Belmonte, Miguel Ángel Maya, Manuel Vilas, Milo J. Krmpotic, Kiko Amat, Elvira Navarro, Luna Miguel, Javier Calvo, Juan Francisco Ferré, Claudia Apablaza, Antonio Muñoz Molina, Jordi Carrión, Alberto Torres Blandina, Agustín Fernández Mallo, Martín López-Vega, Cristina Fallarás, Alberto Santamaría, Montero Glez, Doménico Chiappe, Jordi DoceMiguel Ángel Muñoz, Guillermo AguirreAntón Castro, Sofía Castañón, Joaquín Rodríguez, Luis Artigue, Miguel Baquero, Juan Sebastián Cárdenas, Víctor Balcells Matas, Andrés Neuman, Miguel Sánchez Ostiz, Álex Nortub, Ángel Petisme, Pablo Gutiérrez, Luis G. Martín, Javier Marías. (43)

A continuación listo la categoría de blogs gestionados también por escritores pero con la particularidad de estar alojados en webs de empresas de comunicación y no en plataformas gratuitas de gestión de blogs (los blogs de Rafael Reig y Agustín Fernández Mallo podrían quizá figurar aquí):
Félix de Azúa, Patricio Pron, Alejandro Gándara, Fernando Sánchez Dragó, Juan Cruz, Edmundo Paz Soldán, Vicente Molina Foix, Rafael Argullol. (8)

Agrupo en una nueva categoría los blogs literarios cuyos autores he conocido primera y a veces exclusivamente por su blog, sin menoscabo de que alguno de ellos haya publicado novelas, cuentos o poesía. También incluyo aquí los blogs de apasionados de la literatura que ocasionalmente pueden llegar a publicar o cuya pasión por los libros da a entender aspiraciones de esa índole:
David Pérez Vega, Rubén A. Arribas, JS de MontfortJavier AvilésEduardo Laporte, Bernardo Munuera, Miguel A. HernándezDiario de Dillinger, Clement CadouCarolina León, Daniel Espinar, Estíbaliz EspinosaMi cama es una barca, Sergio del Molino, Lansky al hablaLets pretend we were drunk, Gonzalo GarridoGlory Holes. (18)

Turno para blogs de crítica literaria (nuevamente algunos de los bloggers son además escritores con obra publicada, pero el espíritu de estas bitácoras es eminentemente el de reseñar o anunciar novedades):
Vicente Luis Mora, Solo de Libros, Jordi Corominas i Julian, Sergi Bellver, Deborah Libros Antonio Jiménez Morato, El placer de la lectura, La tormenta en un vaso, Estado Crítico, Papeles Perdidos, Hankover. (11)
Finalmente, la categoría de blogs insurgentes o ácidos o destructivos o de denuncia o de escarnio:
Lector Iracundo, Clandestino Menéndez, Mi reino por un caballo, Lck15Crítica y contracrítica poética. (6)

Total de blogs cartografiados: 88.

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Repito: son blogs que visito o he visitado, con mayor o menor frecuencia, todo ello al albur de un olvido imperdonable, como es propio de estas temperaturas.

El primer inciso que quiero hacer tiene que ver con una de las polémicas que ha suscitado la lista de El Cultural. Efectivamente ni listando 88 blogs he conseguido nada ni remotamente cercano a la "paridad": hay apenas 10 blogs escritos por mujeres entre mis 88 blogs visitados. Esto hace pensar que cuando reduzca la lista a los 15 que considero legítimos portadores de la "escena blog literaria" española la situación empeore.

Sólo quiero apuntar algunos matices más sobre este asunto. Hay que notar que muchos de los hombres del Top15 de El Cultural son escritores de un enorme reconocimiento. Si Mario Vargas Llosa tuviera un blog (esto es, si escribiera alguna vez sin cobrar) figuraría inmediatamente en esa lista. Sin embargo, no me consta que autoras de gran prestigio o popularidad lleven regularmente un blog: ni Almudena Grandes, ni Belén Gopegui, ni Lola Beccaria, ni Lucía Etxebarría, ni Espido Freire, ni Susana Fortes, ni Julia Navarro, ni Matilde Assensi tienen un blog. Este dato, unido al hecho de que tampoco he localizado periódicos digitales o plataformas privadas que hayan elegido a una mujer para gestionar un blog literario -y al hecho empírico de que no es precisamente fácil encontrar blogs firmados por mujeres que uno visite recurrentemente- explica en cierta medida la misoginia matemática del Top15 de El Cultural. 


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A pesar de la inevitable subjetividad, y de la poca fiabilidad de cualquier herramienta que se pretenda científica (vean el Ranking de Wikio sobre literatura), pueden proponerse algunas guías maestras que aclaren qué bitácoras literarias están ayudando verdaderamente a la visibilidad de la Literatura en la red. 

Creo que un blog literario puro es, principalmente, aquel que:

1.Tiene un solo autor (activo además en otros blogs y en las redes sociales.)
2. No es remunerado.
3. No está alojado en una Web de una empresa de comunicación o edición. Esto quiere decir que su mayor o menor relevancia on line procede de méritos propios, y no de ser lanzado en un entorno mediático que, desde el primer post, le adjudique un público.
4. Permite comentarios y tiene picos de hasta 40 comentarios (o más).
5. Sus contenidos son todos exclusivos: no se copian y pegan artículos aparecidos en publicaciones impresas.
6. Estadísticas: cuántas visitas al mes, cuántos suscriptores en Google Reader, cuántos links directos.
7. Fama. Cualidad imponderable que me permitiré otorgar en virtud de las horas que paso conectado, y que si bien podría deducirse del punto anterior, no es tan automática como parece, dado que algunos blogs literarios de empresas privadas se benefician del know how de estas empresas para arrojar unos datos de visitantes claramente adulterados o manipulados. Son blogs que se visitan pero que no se leen.
8. Historia. Considero una variable importante la capacidad de un blog para durar más de dos años.
9. Frecuencia de publicación. No me parece relevante aquel blog que no publique ni una entrada al mes.
10. Casi por redondear estos presupuestos, apuntemos que el blog literario ha de presentarse con unos niveles mínimos de corrección ortografíca y de usabilidad.

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Bajo estas condiciones -aunque no de forma estricta-, mi experiencia sobre la Blogosfera Literaria Española me lleva a sugerir que son los siguientes 15 blogs los que realmente marcan el día a día de la circulación on line del hecho literario. 


Top15 (ordenados alfabéticamente)

Alejandro Gándara
Antonio J. Rodríguez
Bernardo Munuera
Crítica y contracrítica poética
David Pérez Vega
Eduardo Laporte
Estado Crítico
Javier Avilés
La tormenta en un vaso
Luna Miguel
Rafael Reig
Sólo de libros
Vicente Luis Mora

Vale.
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*se subsanan olvidos cada tanto

lunes, 18 de julio de 2011

Síntesis, o lo demás es literatura

La brevedad de las novelas de Alejandro Zambra puede servir como prueba del estrechamiento que vive hoy en día lo específicamente literario. La obra de Zambra parece querer ser lo que sólo la literatura puede ser, y si a menudo sus libros apenas superan las 100 páginas se debe a que la literatura contemporánea puede ser muy pocas cosas. (1)

Mantener viva la literatura ha de entenderse como el esfuerzo por escribir libros que, dentro de cien años, digan todavía algo; algo que no dijeran los libros escritos cien años antes. La literatura perdurable parece compartir una cualidad muy exacta: nos habla del tiempo en el que fue escrita; es, en verdad, el tiempo en el que fue escrita, su voz, su alma, su esencia.  La literatura que "envejece" es aquella que, en el transcurso de los años, ve confirmadas sus intenciones. Si Cervantes escribió el Quijote "para poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías", su obra ha sobrevivido precisamente en la medida en que su intención ha sido olvidada. Jugando con las palabras, podemos decir que la intención es una intuición que queda atrás cuando el resultado la sublima, es decir, cuando esa intención es sólo una herramienta para alcanzar un significado que la excede.

Si el Quijote fuera efectivamente una obra que trata de poner en ridículo las novelas de caballerías, a día de hoy no le interesaría a nadie (2). Esto nos lleva a proponer que una obra escrita hoy mismo y cuya intención expresa fuera denunciar o retratar la adicción a Internet podría muy bien convertirse en clásico en la medida en que el análisis de la adicción a Internet fuera recibido por los lectores del futuro como el elemento deíctico de la obra, aquel que nos informa de cuándo fue escrita, pero no como su sentido primordial, su "mensaje".

Por otro lado, las Grandes Intenciones en una novela son las más difíciles de ocultar, motivo por el cual las novelas escritas con aspiraciones grandilocuentes nunca dejan atrás su propio punto de partida, y sólo perduran si lectores futuros las utilizan para refrendar su propia soberbia intelectual. Me refiero a novelas escritas para analizar "la angustia del hombre", "la Guerra Civil Española", "la libertad", "la muerte", "el mal"... Una novela que trata sobre "el mal" es una novela muy inferior a una novela que trata sobre festivales de música, porque la única novela de las dos que puede finalmente decirnos algo sobre el mal es la que nos permite interpretar y reinterpretar su intención, y la primera no puede.

Las grandes novelas se han hecho sobre escarabajos, magdalenas y patatas.

Así las cosas, la novela de hoy que se leerá mañana (un lejano mañana) irá sobre festivales de música, sobre Internet, sobre tecnología, sobre viajes en avión en verano o sobre un señor que da clases de yoga. Sobre algo que admita ser representado [representar. Del lat. repraesentare. 7 tr. Ser imagen o símbolo de algo, o imitarlo perfectamente].

Las novelas de hoy que no traten del hoy serán olvidadas o incluidas en el estante del formol, pues hay tres tipos de novelas en relación a su deterioro: las que envejecen, las que se mantienen jóvenes y las que están siempre sumergidas en formol. Esta última categoría nos habla de novelas que nacieron viejas, cuyo momento de escritura es confuso o directamente ilocalizable y cuyo destinatario particular fueron los muertos: una novela que podrían leer las personas cuyo tiempo ya se detuvo (3). Las novelas de Grandes Intenciones suelen ser novelas en formol, asimismo.

La buena literatura se escribe para que no la entiendan las muertos. Lo que incluye: palabras y usos verbales que no se utilizaban hace cien años, objetos desconocidos hasta hace unas décadas, referencias culturales e históricas propias, modos de narrar incomprensibles para un lector milagrosamente resurrecto.

Así las cosas, la narración literaria de nuestros días no compite con la novelística del pasado, ni con las nuevas formas de narrar con las que convive, sino con su propia lectura: que esa lectura exista.

Y para que exista volvemos al principio del post: qué puede ser la literatura; qué puede ser específicamente la literatura.

Poca cosa.

Porque no puede ser, no puede incluir (no puede, puede, y por eso agoniza) descripciones: dedicar páginas y páginas a contarnos que una casa tiene tres habitaciones, pintadas de tal o cual color, o páginas y páginas a prosopografías; biografismo: páginas y más páginas a consignar fechas de nacimiento y nombre de los abuelos y títulos universitarios; Historia: páginas y más páginas a relatar batallas de la Segunda Guerra Mundial, ascensos al poder, porcentaje de votos; omnisciencia: páginas y páginas sobre lo que sienten o piensan los personajes; personajes: páginas y páginas a crear al personaje mediante el recurso de hacer pasar al lector tiempo con él, lo que obliga a páginas y páginas de personajes tomando café y poniéndose camisetas, llamando a un taxi, "apretó el botón del cuarto y se miró en el espejo y se ajustó la corbata"; curiosidades: páginas y páginas sobre el síndrome POEMS, el problema de Dirichlet o el equilibrio de Stackelberg; tramas: planteamiento nudo y desenlace.

No puede (puede, claro) porque: las descripciones por escrito en un entorno audiovisual confirman al lector la minusvalía literaria -porque existe Google Images-; las biografías de los personajes no aportan nada al lector -porque tiene 1000 amigos en Facebook-; la Historia de la Humanidad no es lo que queremos leer -porque hemos ido a la Universidad y leemos el periódico y libros de Historia-; los personajes son apenas un boceto -porque en dos planos Omar Little en The Wire es un personaje; las curiosidades podemos encontrarlas todos por cientos en la Wikipedia; la omnisciencia es ridícula -porque no hay Dios y hay I-pods, I-pads, atención al cliente, customización y cartas personalizadas: queremos al individuo-; las tramas son todas televisivas -porque hay miles de tramas de consumo rápido en miles de películas y capítulos de serie de televisión y la trama de una novela sólo es buena en la medida en la que se puede hacer un filme con ella-.

Ni descripciones, ni biografías, ni Historia, ni personajes, ni curiosidades, ni omnisciencia, ni trama: lo demás es literatura.

100 páginas.

¿100 páginas?

300 como mucho.

300 páginas de lo que sólo la literatura puede ser.

A saber: idioma e ideas. O: metáforas y reflexiones. Síntesis, en suma. Decir y no contar. Crear y no contar. Poesía. (4)


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1. Tolstoi, Dostoievsky o Flaubert aún podían escribir descripciones.
2.Pamela, de Samuel Richardson, fue escrita con la intención de prevenir a las criadas frente a los deseos libidinosos de sus señores. Y ahí sigue.
3. Un ejemplo de novela en formol es mi obra "El estatus".
4. Novelas de nuestros días son "Alma", de Javier Moreno o "Una belleza vulgar", de Damián Tabarovsky.