viernes, 6 de diciembre de 2013

raudo # 73

Una estampa de Málaga -casi un cuadro, una fotografía, incluso un fotograma para película española- que recuerdo estos días: caminaba por una calle y me encontré con un bar en obras, todo polvo de yeso, cables sueltos, martillos, goterones de pintura sobre la futura barra del local y sobre las baldosas y sillas y mesas, y plástico cubriendo algunas máquinas: era la hora de comer, y en una de las mesas manchadas, toda una familia, moteada de arriba abajo -de pies a cabeza, digo, pero, también, de padre a hijo, de hija a madre, de abuelo a abuela- por la pintura y el escombro y el esfuerzo, comía con normalidad onírica, en mitad de la batalla de la construcción, como si no compareciera todo el apocalipsis alrededor de su mesa, feliz.